SIN LA FUERZA QUE CAMBIÓ TODO
Karla Stevenson y su esposo Scott se acercaban a un hito importante: un nido vacío. Sus tres hijastros ya habían crecido y su hijo era un adolescente a solo unos años de ir a la universidad. Karla y Scott pronto tendrían mucho tiempo libre para disfrutar sus pasiones más grandes de buen vino y buena comida.
Solo que Karla estaba teniendo dificultad para tragar y la garganta siempre le dolía.
“Tenía este frasco de pastillas para la garganta,” recuerda, “y simplemente seguía chupándolas porque me sentía muy incómoda.”
En 2006, se le había diagnosticado una glándula tiroides inusualmente grande, pero a su médico no le preocupaba.
No fue hasta años después que el cuello pareció hacerse más grande. Fue a que se lo examinarán de nuevo. Sí, estaba creciendo, pero muy lentamente. Puesto que no era canceroso, insuficientemente productivo o sobre productivo, se le dijo de nuevo que no había nada de que preocuparse, desde el punto de vista médico.
Luego, en 2019, Karla se enteró de que tenía un fibroma grande, un tumor no canceroso en el útero, que necesitaría extirparse. En ese tiempo, trabajaba en UC Davis Health y tenía médicos nuevos. Mientras su obstetra/ginecóloga hablaba con ella sobre el fibroma, la doctora se percató de que el cuello de Karla estaba inusualmente grande, y se hizo la conexión finalmente.
Un cambio en la atención
Aunque Karla explicó que su tiroides estaba simplemente grande y creciendo lentamente, la obstetra/ginecóloga insistió amablemente en que debería consultar al Dr. Michael Campbell, especialista en tiroides y cirujano endocrinólogo: “Simplemente vaya para que le examine para estar seguros.”
“Creo que como profesional médica, ella quería que tuviera la opinión de otro experto, que fue la elección correcta,” dice Karla.
Un problema que no podía ignorarse
El ultrasonido mostró que la tiroides había crecido mucho más, y que, de hecho, estaba cambiando la posición de la tráquea. Ya no podía ignorarse más. El Dr. Campbell programó su cirugía después de que ella resolviera su problema de fibroma uterino.
En octubre de 2020, hizo justo eso. “Estaba nerviosa porque estábamos en medio de la pandemia y aún no estaba vacunada, pero fui,” dice Karla. “Me alegra haberlo hecho.”
Después de su cirugía, los enfermeros, que habían visto muchas tiroides, le dijeron a Karla que la suya era la más grande que habían visto. Cuando llegó a casa, su esposo le obsequió un collar de perlas. La primera vez que podía usar uno en años.
“Me sentía acomplejada sobre mi cuello agrandado. Era algo emocional. Pero si no hubiera sido por mi atención aquí, probablemente lo habría pospuesto por más tiempo.”
Devolviéndole la vida, y la pasión por vivirla
Desde su procedimiento, los problemas de tiroides de Karla han desaparecido por completo. Toma una hormona tiroides a diario y dice que el Dr. Campbell le recetó la dosis perfectamente correcta.
“Con UC Davis, siento que estoy simplemente en manos más competentes. He pasado la mayor parte de mi carrera en el campo de la atención médica, así que soy una consumidora de atención médica muy informada, y puedo decir con seguridad que es la mejor atención que he tenido en mi vida.”
Su carrera la ha llevado recientemente a otra compañía de atención médica, y está contenta de que su nuevo plan médico para empleados siga cubriendo sus proveedores de UC Davis Health.
“Me sentía acomplejada sobre mi cuello agrandado. Era algo emocional. Pero si no hubiera sido por mi atención aquí, probablemente lo habría pospuesto por más tiempo,” dijo.
Actualmente, se puede encontrar a Karla a menudo disfrutando de un buen vino, buena comida y su vida maravillosa, en perlas.