DIFICULTAD PARA RESPIRAR CON ALIVIO

Como enfermera veterana desde hace 21 años en el UC Davis Medical Center, Virpal Donley cree firmemente en la atención que ella y otro personal brindan. De hecho, suele decirle a la gente:

“Cuando estés en el estado más vulnerable posible, no confíes tu atención ni la de tus seres queridos a nadie que no sea UC Davis Health. En comparación con otros, la atención que nosotros brindamos es la mejor. Sin excepción.”

Un año de gripe muy malo

No es una exageración ni fidelidad excesiva. Es simplemente la experiencia vivida por esta gerente de enfermería de la Unidad de Cuidados Intensivo pediátrica. De hecho, cuando fue tratada por otro hospital, tuvo una experiencia cercana a la muerte.

Fue en 2017, una temporada de gripe realmente mala. Tal como recuerda, “las personas sanas de veintitantos y treinta y tantos años morían. Es difícil recordar otras pandemias que no sea la COVID-19, pero las hay.”

El día de Año Nuevo, Virpal se puso muy enferma. En medio de la noche, por pura conveniencia y “porque como enfermera siempre pensé que podía abogar por mí misma,” condujo ella misma al departamento de emergencias más próximo a su casa, y no a UC Davis Health. Le hicieron pruebas, dijeron que era solo una gripe y le dijeron que se fuera a casa.

Una decisión muy mala

Viendo sus signos vitales, Virpal pensó que necesitaba quedarse, pero la persuadieron diciendo que el departamento de emergencias estaba lleno con otros pacientes que necesitaban más ser atendidos. Ella asintió con reservas. Doce horas después, se despertó en el piso de su baño tras desmayarse. Se arrastró hasta llegar junto a la cama y despertó a su esposo, quien llamó a una ambulancia.

Como le acababan de dar de alta, la llevaron al mismo departamento de emergencias “donde me admitieron a regañadientes.” Recuerda que le dijo a su esposo, “Esto es serio. Estoy realmente muy enferma.” Después de eso, no recuerda mucho más. Desarrolló hipoxia, su respiración se alteró mucho, un estado en el que la persona se agita mucho e incluso sufre delirios.

En este punto, incapaz de “procesar o pensar con claridad,” Virpal perdió la capacidad de abogar por ella misma. Sus pulmones se llenaron de líquido y empezó a escupir secreciones espumosas rosadas. Gracias a Dios, su esposo llamó a una de las colegas de Virpal, explicó la situación y esa enfermera contactó a un médico tratante de UC Davis Health.

“Si no hubiera sido por la intervención de mi colega en UC Davis Health, estaría muerta. Sin ninguna duda.” Virpal

“La van a matar”

El texto decía: “Tienes que ir allí. La van a matar.”

Cuando el médico llegó, encontró a Virpal echada en un estado de insuficiencia respiratoria y choque séptico. El personal se mostraba “pasivo y nada interactivo.” Inmediatamente les dijo que intubaran a Virpal para que pudiera recibir oxígeno y que iniciaran una vía para la administración de antibióticos para limpiar sus pulmones. Cuando Virpal estuvo más estable, el médico exigió que se la trasladara al UC Davis Medical Center. Así lo hicieron.

Ahí, la atención que Virpal recibió fue “agresiva y proactiva.” Tuvo colocado un tubo respiratorio durante una semana. Después de unos días más de recuperación, se fue a casa a descansar.

Vivió, y aprendió dos valiosas lecciones

En 10 días, Virpal perdió 15 libras. Su cuerpo estaba destrozado. No pudo volver a trabajar hasta marzo.

La experiencia hizo que Virpal se sintiese agradecida, además de convertirse en una enfermera todavía mejor.

“Creo que subestimaba el delirio en nuestros pacientes,” explica. Desde entonces, con frecuencia les cuenta a los proveedores de atención médica con los que trabaja su experiencia y les recuerda que deben ser siempre los primeros en abogar por los pacientes porque la mayoría no saben cómo hacerlo por ellos mismos. Hasta ella, con muchísima experiencia, perdió esa capacidad cuando enfermó gravemente.

También aprendió algo más. Durante años, Virpal se había asegurado de que su esposo y sus hijos tuvieran médicos afiliados con UC Davis Health. Como creía que siempre podría abogar por ella misma, había usado a un médico de atención primaria externo a UC Davis Health, que es un amigo.

“En cuanto llegó el período de inscripción abierta ese año, cambié eso sin dudarlo un instante,” explica. “Porque si no hubiera sido por la intervención de mi colega en UC Davis Health, estaría muerta. Sin ninguna duda.”