Los retorcijones insoportables, náuseas y noches en vela eran algo regular para Jordyn durante su niñez. La niña, que en ese momento tenía 7 años, y sus padres no sabían qué causaba estos síntomas dolorosos e indeseables. Una consulta con su proveedor reveló el diagnóstico: enfermedad de Chron.

Jordyn y su familia finalmente tenían una respuesta, pero el camino hacia el tratamiento para esta afección crónica sería difícil. Jordyn tuvo que aprender qué alimentos limitar y tendría que seguir un régimen de medicamentos para evitar brotes futuros.

Con el tiempo su salud comenzó a mejorar, pero una visita a la sala de emergencias del UC Davis Medical Center (Centro Médico de UC Davis) en el 2001 generó preocupaciones. “Siempre estaba estreñida y me sentía muy mal. Le dije a mi mamá que no era un dolor de estómago normal, así que fuimos a la sala de emergencias.”

Cuando llegaron al centro médico, el estado de Jordyn empeoró. Se le anestesió, se sometió a varios estudios y terminó hospitalizada en el UC Davis Children’s Hospital (Hospital Infantil de UC Davis). “No podía comer alimentos sólidos, pero durante mi estadía, los especialistas en vida infantil me hicieron sentir bien recibida y pude jugar BINGO por video con otros pacientes y ganar”, ríe.

Finalmente, después de varios días en el hospital y de regular sus medicamentos, Jordyn estaba lista para que le dieran de alta. Sin embargo, su equipo de atención necesitaba asegurarse de que pudiera procesar los alimentos sólidos. “Mientras esperaba, vi al director ejecutivo Santana Díaz y me dijo que me traería lo que quisiera. Me trajo un plato grande de sandía, puré de papa y una variedad de carnes. Estaba muy rico”, cuenta.

Hoy día, Jordyn es una adolescente alegre y llena de energía quien ha aprendido a controlar su afección gracias a la ayuda de su doctora de UC Davis Health, la gastroenteróloga pediátrica Kelly Haas.

“La Dra. Haas me ha ayudado muchísimo. Me ha educado y ayudado a mantener una dieta saludable y alcanzar nuevas metas. Nuestra relación entre médico y paciente es fabulosa, y confío en ella”, agrega Jordyn.

Jordyn y su mamá Ann también le dan crédito a la Dra. Haas por ayudarla a encontrar el plan de tratamiento indicado.

“La Dra. Haas fue vital para encontrar la combinación indicada de medicamentos para mi hija. El régimen de tratamiento que propuso la ha ayudado muchísimo”, comenta Ann.

“También le doy mil gracias a nuestra enfermera Megan Brown, RN, en la clínica de gastroenterología pediátrica, y al técnico de farmacia, Johnny Chu. Megan ha sido vital para asegurar que Jordyn tenga todo lo que necesita, incluidas sus citas en persona y los formularios de nuevo surtido de medicamentos completados para la escuela. Johnny siempre se comunica para asegurar que sus medicamentos se entreguen a la casa a tiempo. Como madre, para mí es un alivio saber que contamos con acceso a un centro médico académico y que cada integrante del equipo de atención colabora para asegurarse de que Jordyn se mantenga sana.”

Dato curioso: Voy a comenzar la secundaria en otoño. Me encanta jugar al voleibol, al softball, pasar tiempo con mis amigos, irme de vacaciones y acampar con mi familia.