VIVIR LA VIDA CON DOLOR

En los años 2020 y 2021, Marjorie Kirk no paraba. En tan solo dos años, terminó sus estudios de derecho, pasó su examen de abogacía y comenzó su carrera como abogada en el Departamento de Salud Pública del Estado de California. Para combatir el estrés de todo su duro trabajo, y el aislamiento y la ansiedad de la pandemia, empezó a escalar y a hacer jardinería.

Pronto descubrió que no solo tenía las manos llenas, sino que tenía manos que también le dolían. Y mucho.

Sentía los dedos entumecidos, y también tenía momentos en que un dolor agudo le recorría las manos, las muñecas y los brazos. Al principio, los episodios eran cortos. Pero luego empezaron a durar días cada vez que aparecían y después semanas, para terminar siendo constantes. Con frecuencia el dolor punzante era tan intenso que no podía dormir. El único alivio que encontró fue aferrarse a galones de helado congelado.

El punto bajo: abrazarse a cajas de helado

“Recuerdo sentirme impotente, con esos recipientes entre los brazos, comiendo helado y no sabiendo qué hacer,” dice.

Sin embargo, su médico de UC Davis Health, Sabrina Silva-McKenzie, sí lo sabía. “Ella es la médica de atención primaria perfecta, una especialista doble en medicina de familia y psiquiatría,” explica Marjorie. “Tiene sencillamente una gran personalidad y escucha realmente a sus pacientes.” Sabrina derivó a Marjorie a otro médico, un cirujano plástico que se especializa en manos, el Dr. Andrew Li.

La atención personalizada es la mejor, sin duda alguna

Cuando conoció al Dr. Li, Marjorie dijo, “fue tan atento y realmente me escuchó.” El examen del Dr. Li y las pruebas confirmaron que estaba padeciendo de síndrome de túnel carpiano avanzado en las dos muñecas, una afección en la que el nervio mediano de la mano queda comprimido en la muñeca en un pasaje estrecho formado por hueso y un ligamento. La presión en el nervio reduce el riego sanguíneo, lo que causa entumecimiento, cosquilleo, dolor, debilidad y, eventualmente, si no se trata, daño nervioso irreversible.

“Estaba tan sorprendida del enorme daño que ya se había hecho a mis manos,” dijo Marjorie. “Estaba sufriendo pérdida de la función desde los 26 años. Es como un pliegue en una manguera de agua que detiene el flujo de agua. La falta de flujo sanguíneo acabará eventualmente con los nervios.”

El Dr. Li le explicó todo esto, respondió todas sus preguntas y le comentó las opciones. Marjorie eligió la descompresión endoscópica del túnel carpiano en las dos manos, una cirugía en la que el Dr. Li hace dos pequeñas incisiones en cada muñeca y utiliza una cámara miniatura para ver dentro mientras divide el ligamento en el techo del túnel con un bisturí especial. Esto abre espacio para liberar la presión.

“No solo no hay más dolor, sino que mis manos están más fuertes que antes y tengo más función. No sé por qué no fui al médico antes.” Marjorie

Mejor que nunca, literalmente

Las cirugías fueron un absoluto éxito. Después de dos meses de curación, Marjorie tomó conciencia de que su dolor había desaparecido. El Dr. Li autorizó la reanudación de todas las actividades, inclusive hacer jardinería y escalar.

“No podía creer la rapidez con la que me recuperé,” dice Marjorie. “No solo no hay más dolor, sino que mis manos están más fuertes que antes y tengo más función. No sé por qué no fui al médico antes. Pero podría fácilmente haber dejado pasar más tiempo, dejando que mi nervio se muriera lentamente sin ni siquiera darme cuenta. Me siento tan afortunada.”

Atención médica que define “el estándar”

Para Marjorie, la experiencia trascendió su salud individual. La salud como asunto de política pública es su trabajo, su pasión, y esta experiencia fue muy reveladora para ella.

“Recibí cuidados expertos y multidisciplinarios de médicos que me prestaron toda su atención. Tantas personas no tienen acceso a eso. UC Davis Health es el estándar de atención.”