A pesar de obstáculos y amenazas de deportación, un estudiante de medicina usa su determinación para salir adelante (video)
Edgar Velázquez enfrentó desafíos abrumadores antes de inscribirse en la Facultad de Medicina de UC Davis
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Edgar Velázquez ha tomado un camino a la facultad de medicina que no es convencional.
Su historia empieza en México, donde una economía en ruinas obligó a sus padres a abandonar su querida ciudad colonial y mudarse a Estados Unidos, dejando atrás a sus hijos. De niño, Edgar cruzó la frontera con esfuerzo y temor para reunirse con sus padres en San Francisco, donde nueve familiares vivían en un apartamento muy pequeño. Empezó la preparatoria sin saber hablar inglés. En la universidad, financió su educación lavando platos a la noche en cocinas de restaurantes.
Hoy en segundo año de la Facultad de Medicina de UC Davis, Velázquez está decidido a ser médico de atención primaria.
Pero a pesar de haber llegado hasta aquí, enfrenta un obstáculo más, y éste no tiene que ver con las exigencias de la facultad: Velázquez es uno de por lo menos 650,000 inmigrantes jóvenes indocumentados conocidos como beneficiarios de DACA, que tienen un estatus legal protegido pero temporario hasta que las autoridades en Washington, DC decidan el destino de este políticamente controvertido programa.
Velázquez, que se describe a sí mismo como estando “en una lucha constante de supervivencia”, está asustado y ansioso sobre su futuro si el gobierno federal elimina el programa de Acción Diferida para Inmigrantes Llegados en la Infancia.
“Me tengo que preocupar por si podré seguir adelante en la facultad de medicina”, dijo. “Me preocupa mi futuro en la práctica que estoy haciendo en el hospital; si se elimina DACA, no podré ser médico, y no podré cumplir mi sueño de volver a mi comunidad y trabajar para los que no reciben suficiente atención médica”.
En el mejor de lo casos, los beneficiarios de DACA, algunos de los cuales fueron traídos a este país como inmigrantes indocumentados, recibirán residencia permanente y una oportunidad para adquirir la ciudadanía. En el peor de los casos, serán deportados a los países donde nacieron.
La Corte Suprema de Justicia de EE.UU. intentó revisar el tema el mes pasado cuando respondió favorablemente a una demanda de los Regentes de la Universidad de California que demandaron al gobierno de Trump por su intento de terminar el programa. Pero si bien la corte bloqueó al gobierno federal para que no pueda desmantelar DACA, la decisión no le impidió al gobierno tratar de eliminar el programa usando otra justificación.
Velázquez trata de no pensar en la incertidumbre que podría resolverse, o empeorar, con las próximas elecciones presidenciales.
“Cuando estoy ansioso por DACA”, dijo, “mi consuelo es estudiar”.
Reencontrarse con sus padres
Velázquez nació cerca de Lagos de Moreno, una ciudad semi rural en el estado de Jalisco a un par de horas de Guadalajara. Su padre tenía una pequeña empresa de construcción y su madre era ama de casa. Irse de México nunca estuvo en los planes de la familia.
Pero cuando el peso se devaluó en 2000, la empresa de construcción quebró y el padre de Velázquez vendió la casa en un intento inútil de salvar la empresa. Al no poder conseguir trabajo, sus padres emigraron a San Francisco, instalándose en un apartamento de 418 pies cuadrados en el Tenderloin District con varios parientes. Unos meses después se mudaron las dos hermanas de Velázquez.
Velázquez luego hizo el peligroso viaje él mismo. Tenía sólo 12 años.
Le dijeron que si no podía cruzar la frontera, las autoridades lo mandarían a un orfanato y que no iba a poder ver a sus padres por mucho tiempo.
“Tenía mucho miedo”, Velázquez recordó.
Lo logró. En la última parte de su viaje, en un autobús Greyhound cruzando el Bay Bridge, Velázquez se maravilló de cómo San Francisco “se veía como la ciudad de Batman”.
Fue a una escuela media de San Francisco por un par de meses y después a una escuela de verano para terminar octavo grado.
Se inscribió en June Jordan High School, aunque quedaba a una hora en tres autobuses públicos, porque su padre se intrigó con un volante que promovía el uso de computadores en campus.
Velázquez se acuerda del primer día en la escuela cuando su maestro de inglés les pidió a los estudiantes que se presentaran. “Mi nombre es Edgar, y no hablo inglés”, dijo, causando risa en la clase en un momento en el que no estaba tratando de ser gracioso.
Después de eso, Velázquez se obsesionó con mejorar su inglés. Adoptó el hábito de leer los carteles en su camino a la escuela; estudiar en la biblioteca del Civic Center los fines de semana con sus hermanas; y hacer la tarea de la escuela en el baño del apartamento de la familia lleno de gente.
Descubriendo una pasión por la ciencia
Velázquez sobresalió en matemática (“porque para eso no necesitaba el inglés”) pero también le gustaba la ciencia – más aún cuando un maestro lo nominó para un programa de investigación de verano en UC San Francisco justo antes de su último año.
En el primer día del programa, todavía inhibido por su acento, Velázquez rápidamente notó que los científicos eran originarios de distintos países en todo el mundo, “¡y tienen más acento que yo!”. Esa noche acostado en el piso del apartamento, que no tenía camas, empezó a imaginarse a sí mismo como científico.
Pero una pregunta le seguía molestando: ¿Cómo pueden los descubrimientos científicos ayudar a la gente en su barrio marginal, donde las personas sin hogar dormían afuera de su edificio?
Solicitó admisión en 20 universidades, incluyendo universidades de Ivy League que él no se daba cuenta que eran prestigiosas, y fue admitido en casi todas. Sin embargo, ser indocumentado limitaba sus opciones porque no podía acceder fácilmente a subsidios, becas o trabajos.
Entonces empezó a trabajar lavando platos, como su padre.
Velázquez también se inscribió en San Francisco State University, donde se enteró de programas de becas que ayudaban a estudiantes DACA.
En uno de esos programas conoció a un médico llamado Sharad Jain, profesor de medicina en UCSF y director del programa de residencia de atención primaria en Zuckerberg San Francisco General Hospital.
Jain se convirtió en un mentor.
“Yo estaba completamente impresionado con él en nuestra primera reunión”, dijo Jain. Era un estudiante con seguridad, determinación y visión, que estaba dispuesto a trabajar duro para lograr sus sueños”. Jain invitó a Velázquez a ser aprendiz con él en el hospital y no tuvo ninguna duda de que algún día Velázquez sería médico.
Pero por un tiempo a Velázquez no le estaba yendo muy bien con sus estudios.
Le resultaba difícil estudiar, y hasta mantenerse despierto. Estaba trabajando hasta 18 por día en varias cocinas para pagar sus estudios. De alguna manera, también encontró tiempo para trabajar como intérprete voluntario en clínicas comunitarias.
Después de luchar con pre química y desconsolado por el diagnóstico de cáncer de su madre, Velázquez sintió que su sueño de ser médico se le estaba escapando. Decidió tomarse un año sin estudiar, pero también estaba decidido a “volver más grande, mejor y más fuerte”.
Cuando regresó a sus clases, y su madre se había recuperado, Velázquez había cambiado sus hábitos de estudio y ahora había logrado un 4.0 GPA. En 2012, el gobierno de Obama creó DACA, que le proveyó a Velázquez un permiso de trabajo, permitiéndole buscar empleos más relevantes para su carrera.
Velázquez recibió una oferta de trabajo de su instructor de pre química ayudando a enseñar la misma clase en la que antes había fallado.
“En el término de una semana, fui de lavar platos y cocinar en un restaurante, a ser el moderador de una clase de química y física”, dijo.
Recompensado por su determinación
Velázquez se graduó de San Francisco State en 2016, seis años después de empezar, y tres años más tarde fue aceptado en la Facultad de Medicina de UC Davis y su altamente competitivo programa de medicina de tres años (en lugar de cuatro años, como el programa original). El programa ACE-PC , abreviación de Educación Acelerada de Atención Primaria en Base a Competencia, selecciona cuidadosamente a estudiantes que estén comprometidos a la atención primaria y puedan resistir la exigencia de un currículo acelerado.
“Edgar trae con él excelencia académica, una ética de trabajo incomparable y pasión por la atención primaria”, dijo Alicia González-Flores, que ayuda a administrar el programa ACE-PC. “Su historia y los obstáculos que ha superado lo prepararon para este curso tan exigente”.
Además, agregó, “sus experiencias de vida le permitirán conectar de manera única con pacientes que comparten luchas similares. La medicina necesita médicos como él desesperadamente, médicos que entiendan a pacientes que tienen una historia y una experiencia de vida únicas”.
Jain, que ahora es decano asociado para estudiantes en la Facultad de Medicina de UC Davis, se refirió a Velázquez como “un verdadero ejemplo” del tipo de estudiante que UC Davis valora para lograr su misión de mejorar vidas y transformar la salud de las comunidades donde van a trabajar los futuros médicos.
“Edgar me inspira porque, para mí, ha entrado en la profesión por todas las razones que corresponden: Está comprometido al servicio, a la igualdad en la salud, y a mejorar la salud de su comunidad. Ha demostrado determinación y compromiso con su historia”.
Y a pesar de los muchos obstáculos, dice Jain, Velázquez ha seguido comprometido con sus metas.
“Edgar tiene una visión amplia de sus responsabilidades para con su comunidad, y definitivamente será un líder en ayudar a sus pacientes a través de atención médica directa y con esfuerzos más amplios de representación”.
En este momento Velázquez está tomando los cursos virtuales de la facultad de medicina en psiquiatría, neurociencia y farmacología. También está atendiendo pacientes en Kaiser Permanente en Roseville y Sacramento, a través de su sociedad con ACE-PC.
Lo que no está haciendo es buscar noticias sobre DACA en Internet todas las mañanas, que es lo que hizo en los últimos tres años, hasta hace poco. “Es realmente doloroso, estaba afectando mi salud mental”. Sin mencionar cómo interfería con sus estudios.
Si bien puede tener acceso a becas y préstamos, Velázquez sabe que las fuentes de financiamiento se pueden acabar en cualquier momento, según lo que ocurra con DACA.
“Hay tantos estudiantes y tantos aliados que trabajaron en estos últimos años, y tenemos que seguir la lucha”, dijo. “No puedo votar, pero todavía tengo voz y quiero asegurarme de hacer oír mi voz”.
Velázquez dijo que su futuro depende de esto.
“Si tengo a DACA de mi lado,” dijo, “sé que puedo ser médico”.
Facultad de Medicina de UC Davis
La Facultad de Medicina de UC Davis es una de las facultades líderes de medicina en el país, reconocida por sus investigaciones y programas de atención primaria. La facultad ofrece programas de maestría con acreditación completa en salud pública e informática, y su programa combinado de medicina y doctorado está capacitando a la próxima generación de médicos científicos para conducir investigaciones de alto impacto y traducir sus descubrimientos en mejor atención clínica. Además de ser reconocida como líder en investigación médica, la escuela está comprometida a atender a comunidades marginales y mejorar la salud rural. Para mayor información, visite la Facultad de Medicina de UC Davis en medschool.ucdavis.edu.